Karles, Felipito y Mabel son amiguitos
inseparables de la escuela. Suelen pasársela bien, —como tantas veces—por lo que acordaron pedir permiso a sus
padres para que los llevasen al parque “Macademia” al atardecer. Así lo
hicieron y el martes los tres estaban muy alegres, pues habían extendido la
diversión. Mabel, también había invitado a Ricardito, pero él nunca llegó.
Pronto se olvidó y se unió a Karles, que brincaba para explotar burbujas de
jabón que caían como copos en el cemento caliente y así se entretenía —siempre—
con cosas simples, para nadie era un secreto.
No
dormían, todo era realidad, los sueños vinieron al
observar
que podían lograr lo que a veces imaginaban, luego
abrieron
los ojos y despertaron.
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—Sí, ven acá.
—Yo también quiero
jugar con ustedes —exclamó Felipito.
Mientras los tres se
divertían, la mamá de Mabel, comentaba a las demás madres, que su hija invitó a Ricardito,
compañerito de clases, pues él había llegado ayer a la escuela —solo unos
momentos— porque al parecer llevaba una semana ausente, dado que su papá estaba
enfermo de pulmonía, pero afortunadamente estaba mejor. Se suponía que Ricardito
se presentaría hoy a clases normales, pero nadie sabe si sucedió algo más.
— ¿Qué les parece si vamos
a casa de Ricardito, cuando terminen los chicos de jugar y nos enteramos que
sucede? Refirió Estela, mamá de Karles. Al unisonó, con un movimiento de cabeza,
las mamás pensaron que era buena idea.
—Felipito, ven —dijo Silvia, la mamá. El corrió y agotado, contestó —sí mami.
—Hijo, dile a Mabel y
Karles, que hay cambio de planes, en media hora iremos por unos helados, porque
luego visitaremos a Ricardito, para saber si su papi está bien. Además recuerda
que tienes tareas, debemos llegar temprano a casa. —Está bien mami, me parece súper,
porque en la clase echamos de menos a Ricardito, bueno, más nosotros tres.
Felipito continuó
jugando, esta vez en el sube y baja, Mabel en los columpios y Karles estaba en
el pasamanos; El tiempo no parecía
alcanzarles.
En el día jugaban, —dos
o tres veces por semana— en las noches contaban estrellas y soñaban abrazados a
sus papas en las mañanas. Ese día —en particular— fue bonito, la media hora se
fue volando. Cuando los llamaron no querían irse, pero les recordaron que
visitarían a Ricardito, entonces los tres cambiaron de opinión —inmediatamente—
y en un par de segundos estaba listos para irse.
—Mamá, recuérdate de mi helado, —dijo Mabel.
—Sí, lo recuerdo hija.
—Y yo también quiero,
expresó Karles.
—Mami, yo también
quiero y llevémosle uno a Ricardito, entusiasmado habló Felipito.
Ooouuu, estos niños
cuando se ponen de acuerdo, quien en
contra de ellos, relató sonriendo la mamá de
Felipito.
—Dímelo a mí, le
contestó Estela, mamá de Karles.
El
camino es lo de menos/ quien nos
acompañe es lo valioso
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Mabel no había dicho mucho, cuando escucharon a Ricardito —con un gran grito— diciendo ¡Ahora estaré
con ustedessssssssss!
Acá no hay FIN, el
papá de Ricardito se recuperó totalmente y
ahora los cuatro amiguitos decidieron con sus padres, ir al parque “Macademia”
el jueves; Entonces, rieron como el mar, o sea, mucho, bastante, demasiado, exageradamente,
es decir, un montonononnnnnnnnnnn...
6 comentarios:
¡¡lINDO!!
SALUDOS.
Mi querido escritor y cuentistaa Ale! Qué fascinante es ver el mundo de sueños infantiles y cosas bonitas desde tu pluma. He leído con detalle los elementos de este cuento, como el nombre del parque o los detalles de las burbujas y los sentimientos de sus personajes, me quedo encantada♥
Es tan real su historia como la vida misma, pero sólo cuando se mira desde el lado lindo, dulce, el que tiene sentimientos y donde se refleja la inocencia y bondad en los seres humanos.
YO también he sonreído mucho, ósea bastante, demasiado, en fin, reí como el mar y te agradezco por ello!
Besosss y hasta el próximo relato Sin Fin de tus aventuras A!
Muacks!
Moi
"El camino es lo de menos/ quien nos acompañe es lo valioso".
¡Que hermosa frase, Ale!
En fin, todos podemos tener un
final así, donde en vez de esperar tristeza llegamos a un mundo lleno de alegría, porque los niños siempre esperamos lo mejor, para pasarla mejor y si eso no pasa, acompañarlos con lo mejor de nuestros sentidos, el amor.
Besos mil.
Leyendote tengo aun mas claro que no hay porque perder al niño que llevamos dentro, que no hay que enterrarlo, darle aire fresco y convivir con nuestro alrededor de la misma forma que lo hace un niño, a pleno pulmón, sin intereses mas allá de la pura amistad y espontaneidad, debemos de aprender de ellos...abrazzzusss
Mi querido amigo: ains!!! Karles Felipito y Ricardito tres mosqueteros para una dama (Mabel) y esas madres cómplices y el sabor de un helado...
He disfrutado con un cuento que tiene la dulzura de la inocencia, y unos diálogos de un escritor que no perdió su alma de niño.
Un beso grande
Ayyyyyyyyyyyyyyyy que hermosura A ! Solo te puedo decir que deseo
1) jugar con pompas de jabón (eso lo puedo hacer, es más termino de escribirte y lo hago!)
2) quieroooo reír con toda la panza, que se me hagan olitas de risas en ella, como el mar, exageradamente!!!
3) Quierooooo muchooo ir a Macademia! Tu le conoces, puesto que lo has nombrado, creado, así que me llevas, sipi por fa! (sonrío)
Gracias!! BesitOOO y un día de algodón para ti A
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