Para “algunos”, “los
otros” eran mejores; pese a ello, “algunos” quisieron ser iguales, pero al compararse
y verse expuestos, individualmente, dieron lo que cada uno podía. De esa
cuenta, continuaron reiterándose.
Le resultó curioso caminar,
desconociéndose sensible al notar las hojas de los árboles, caerse; al
percatarse de las aves haciendo piruetas entre el cemento; al escuchar las
voces, en medio de otras voces; Al sentirse, en el medio del dolor de otras
gentes; al abatirse con el horizonte, distraído por un instante. Pensó en ello
e indiscreto, rondó sitios extraños. Y como extraño, entre extraños, resolvió
continuar el camino, sin saber que los demás, en algún momento, sintieron lo
mismo.