Halló amenidad donde antes no lo había y se
asombró de todo lo habido y por haber. Desde esa arbitrariedad, equilibró sus
posibilidades, dejando de lado las preocupaciones y tropezó con el regocijo,
hasta inmortalizar un poco de todo y un poco de nada. Hasta vivir como en
realidad anhelaba.
© Alejso
1 comentario:
Es lo mejor que pudo hacer, los convencionalismos sólo llevan a ser una marioneta.
Un abrazo amigo
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