Por el finito de su delicadeza, el reflejo de la luna
traspasa mi ventana y me toca por evolución
de las sensaciones, ocupándose del anochecer,
porque lo suyo es callar mis ojos al cerrarlos.
Lo suyo es mi secreto en el Sur,
en toda la franja costera,
nacida en cruceros del pacífico,
anhelante de sueños sensatos y diatribas
en la esbelta extrema paralela del mundo,
envolviéndome de su humedad sabida.
Lo suyo es como una galería de cuadros
que observa por todos los lados,
en situaciones imperfectas,
en sugerencias eventuales,
donde prometo entenderle,
enraizarle en diálogos de grafías sordas
y sentidos libres en la ausencia del oleo.
Lo suyo es el espacio que me sabe a mundo
en una esquina de olas con cosas impensables,
porque de las sensaciones recojo su voz
extasiado de melodías en mis neuronas,
y es extraño, nunca nadie nos había inventado.
Es usted más tierna que el viento alrededor de su rostro
que los cisnes que emigran con los elfos por un segundo,
que mis palabras al aire bañadas con todo el silencio.
Lo suyo es mi mundo en sus manos,
tocándome de lejos al callar mis ojos y cerrarlos.
… sería capaz de tanto
de inclinar líneas tenues
de obviar mis fronteras
de inclinar líneas tenues
de obviar mis fronteras
de cruzarme el país, el continente,
acudir a la esquina y esperarte.
acudir a la esquina y esperarte.