La otra noche inicié con el espectáculo de siempre, pero ahora es otro día y es distinto. ¿Qué puede hacer un mago sino inventar y hacerlo mejor pero majestuoso? Pensé, sentí y encendí una fogata entre mis mangas, de pronto apareció una mariposa haciendo nada; Creí que había un error, empecé de nuevo, encendí la fogata, ahora una pequeña y en la abertura de los botones, entre mis mangas, desde allí apareció de nuevo esa mariposa haciendo nada.
Allí estábamos todos, excepto la mariposa haciendo nada. Ella era una voz que decía !aleluya!, por ello mantenía ese recuerdo con una ligera sensación. Una intensa sensación de pensar distinto, pero quedé en silencio y ello servía de nada. Siempre aparecía en el momento menos esperado y cuando el espectáculo lo tenía ganado y todo parecía sensato, esta debilidad de no saber qué hacer me apagaba.
Mi alma pareció ceniza, ni siquiera un aplauso venía para darme ánimo, pero incluso esa noche olía a azahar y nunca lo había sentido, quizá sí, pero en medio del espectáculo que el público veía no pasaba nada. Esta vez vi a donde no solía hacerlo, en el lado Sur del escenario había un espejo y en una centésima de segundo, cuando me percaté, pregunté ¿por qué esa mariposa haciendo nada?
Antes de llegar a ese escenario pensé en la magia de entre mis mangas y de la bella mariposa queriendo decir algo. Pensé y dije, cuando aparezca de nuevo la observaré y la haré sentir protegida y lo haré siempre.
Hoy por tercera ocasión caí en cuenta, cuando pase de nuevo frente a mí, seré distinto, el show continúa y estaré con mis ojos abiertos. Ahora estoy en el medio del espectáculo en una faena intensa, me dejaré llevar por las sensaciones, tomaré a esa mariposa y la llevaré al campo.