viernes, 23 de abril de 2010

Deja que llueva

Que tu boca calle cuando me encuentres,
que sea  historia asaltando el rocío tibio,
debiendo amar sin testigos y sin nadie.

Déjame el olvido todas las noches
y el anden lleno risas para volverme a enamorar.

Ven, recíbeme, a ti llegaran mis manos
como humedad; y a quien aun no miras
en la claridad de vigilia perpetua
regresaran todos mis besos y mi voz inquieta.
Siénteme de glorias, de pausas,
y de dedos llenos de pecado,
siénteme de locura sin haberme tocado.

Déjame la luz de tus palabras,
el icono de un soplo
y tu espalda sin que me vuelva a doler.
Déjame en el tiempo la virtud del habla,
la frescura de conocer a una extraña.
Déjame un cielo nublado,
Los ruidos de cantores en la alborada

Deja que llueva sin sentirme triste.
He cambiado los relojes  
y el pasado que siempre quise.
¡Deja que llueva para que te enteres!













Khalil Gribran:
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante,
y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.

martes, 20 de abril de 2010

Yo que te amé tanto

Aun en el alba aguardas desnuda
para atarme sin una brújula y te vas lejos.

Y  tu cuerpo de olor absoluto
supo entregarse al mundo
en las orillas de espuma flotante
de transparencia mutua;
Usurpando el aire con mis dedos,
blasfemando y cegando tu pubis.
De locura llenando mis ojos.
De ilusiones, el infinito a goterones.

Y todo tu perfume corre para alcanzarnos,
para emerger al evento onírico del atardecer,
al frio en el otoño colgado de un destino triste.

A la noche como lanza debilitando mi alma
llenado de nuestros cuerpos el cielo,                                      
atándonos para llenar de humedad mis labios.

Y la extrañeza son los peces volando entre nosotros
como mariposas eclipsando el universo,
pero fugaces en el canto de mis dedos en tu cabello.

Antes que la noche se duela, todo cede
para cortar el olvido, renovar el aire,
consentir tus senos zarpando al borde de mis dedos.

Yo que te ame tanto, debí cortar el olvido
Debiste ir extrañando mi boca, amando tu vida

Y la extrañeza son tus besos adornando castillos en mis ojos,
navegando en una barca estoica, surcada entre saetas.
Y me asombra, ni vos, ni yo, sangra al irte de mis recuerdos.







domingo, 18 de abril de 2010

Para regresar pronto




He recurrido a la música y películas para devolverme a la idea que en un inicio me hizo hacer este blog, sucede que no he podido escribir nada de este oficio que me apasiona y me tiene vivo, porque tengo la cabeza cuadrada haciendo un estudio. Pero ya pronto estaré de vuelta (espero a alguien le interese), nunca dejo de leerlos (no los estoy condicionado jejeje). De momento les dejo este video para que lo sientan, es uno de mis favoritos. Amenazo con regresar en cuestión de horas.

jueves, 8 de abril de 2010

Son mis dedos en ella

Suelo re-inventarme en la delgadez del vino,
En sus paredes húmedas y en el viento                            
Al mirarle ascender el cielo mientras fumo.

Es evidente, pernotamos en el cortejo de su perfume
En el limite de la libido que le acerca a mi boca
En el repentino atisbo de la exactitud libertaria
En la cubierta del silencio de opios metaforizados.

En todas, todas las noches espero su virginidad,
Y su sexo extasiado señalando mi ausencia,
para abrazarme en sus muslos y volar.

Y todo se parece a ella, y a veces, profusas veces
me entristece y tengo apetito de jamás volver
al idilio que aclara mis ojos y cierra mi boca.

Son sus palabras de versos mansos y sueltos,
Delirantes que no esperan nada, nada;
Sólo mis labios hidratando su bajo vientre.
Son solos mis dedos en ella, no es nada.

En realidad ostento escasas formas suyas
Donde ocasionalmente converge y camina para
verme desde otros ojos y entre sus sábanas,
solo eso, sentir mis dedos en ella, más nada…












Paulo Coelho
Algunas veces hay que decidirse entre una cosa
a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer.