sábado, 29 de septiembre de 2012

Ambrosía ignota, septiembre de 2012


Carta XVIII


 «caminé sin cubrirme»

De alguna manera, mis intenciones con el tiempo toman el mismo camino. No lo niego, me llama la atención como cada cosa que realizo, finaliza similar. No deseo ser extremista ni condicionar el ambiente, pero al recordar algunas de mis vivencias, reconozco lo que no me lleva a puerto, a buen Norte, a determinadas decisiones y a tomar vías diferentes cada vez.

Sin ser tan detallado en mis sentimientos. Aquí un ejemplo, entre líneas, luego una sensación de duda que tuve este mes...: Hace seis meses descubrí "El paseo del Lago", desde entonces, salgo a correr allá, a veces con mis hnos., a veces solo. Pero ese no es el punto, el punto es que en un inicio salía a correr por puro gusto, luego por salud física, después para tener velocidad, tener resistencia y finalmente para tener una mejor marca de tiempo.

Cuando sucede lo anterior, se destruye la magia de hacer las cosas. Al inicio se disfruta, lo demás cobra otros valores, como la competencia. La cual distorsiona el significado de hacer las cosas por amor, a hacerlas en nombre del amor. Es obvio, cuando la emoción mengua, está en apariencia crea necesidades en el camino, pero quién sabe si útiles.

No sé muchas cosas, pero si sé cuando se acaba la necesidad. No vagaré  más en metáforas. Hablo de ese interés hecho pedazos cuando algo no va bien o como nació y gustó. Indudablemente, desestabiliza cuando las palabras ni siquiera se conmueven en el azar, sobre todo en la indiferencia de estos días y noches enteras, dado que tiempo para decir o explicar la emotividad, cualquiera que sea, siempre habrá.

Paralelo a esos pensamientos 'al azar', todo viene con derrotas, victorias y con indiferencia, sobre todo. No lo dudo, cada entre línea, la expuesta en el párrafo anterior transporta por esa línea delgada de nostalgia. Esa que se enreda, cuando las palabras están de más y las preguntas se hacen cada vez más necias, ante una respuesta obvia.

Septiembre se hizo largo e intenso, hasta que el miércoles caminé mucho, como quien busca respuestas, no de cosas materiales, porque esas sé resolverlas como vayan saliendo. En realidad miraba el horizonte nublado, pero lo más agradable de ese día, fue la llovizna y no corrí, no me cubrí del agua, al contrario, caminé largo tiempo, hasta llegar a casa, me duché y dormí, nunca sentí las horas y me gustó.

Este mes llovió y caminé sin cubrirme, no existió necesidad.

Alejso

3 comentarios:

ODRY dijo...

Me encanta caminar bajo la lluvia, este verano hubo tormenta y yo cogí las chanclas con las manos y camine descalce, era una sensación maravillosa.

Precioso texto.

Un besote.

Melodía dijo...

ME ENCANTAAAA LA LLUVIECITA, CAMINAR BAJO ELLA, QUE ME ACARICIE EL ROSTRO, QUE SE ENAMORE DE MIS CABELLOS Y LOS BAÑE EN SU AGUA, QUE SE PEGUE A MI ROPA Y ME TOQUE SIN PERMISO LA PIEL. TENGO HASTA UN CUENTO ESCRITO SOBRE ELLA. Y CREO QUE SEPTIEMBRE PARA TI, HA TENIDO SU LADO POSITIVO, MÍRATE CAMINAS POR LA LLUVIA SIN TEMOR A MOJARTE ! ❥ BESITO AAAAAAA ❥

Cora dijo...

el verano lo dejamos por aqui atras ya empezco septiembre, tus entradas hermosas como siempre...
feliz semana, besos