miércoles, 31 de julio de 2013

Ambrosía, julio de 2013


Carta XXIX
«Esta vivencia es un alimento que confiere la inmortalidad al espíritu, a veces desconocido»

Hace unos días fui a Xela, una bella ciudad de Quetzaltenango, Guatemala. Estuve invitado al IV festival de poesía nacional. Este es el segundo año que asisto y desde entonces ha sido una experiencia inolvidable. Eliminé estereotipos y calcé opiniones sobre lo que significa este ambiente y me ha gustado. Lo he vivido apasionadamente y debo confesar, no llené el ego, como algunos pueden pensar, alimenté mi espíritu y es eso precisamente lo que deseo compartir.

En el penúltimo día de festival, en la noche, terminada la lectura de poesía en la calle, lindante al puente “Los Chocoyos”, nos sentamos en la banqueta, todos juntos, como si no hubiese más lugar e intercambiamos puntos de vista. Reímos de cualquier cosa, nos escuchamos. Al observar a los poetas Roduel, Ligia, las Rocíos, Rudy y Neltón, quiero decir a mis amigos, les dije que al siguiente día no me iría nostálgico como el año pasado, no sería triste, porque ahora estoy seguro que los seguiría viendo las veces que necesité.

Cuando era niño, adolescente y cuando salí de la Universidad, jamás me quedé a las despedidas de fin de curso. Siempre me entristecía saber que no vería más a las amistades que había hecho. Incluso, hace unos meses encontré a una amiga, con quien estudié el bachillerato. Me contó que se casó, que tiene dos bebes, que su vida está bien. Además, con una sonrisa me confesó que ella me esperó al final del último año para decirme que estaba enamorada de mí, pero yo ya me había ido. Al enterarme, me sorprendí y ambos reímos, porque era pasado. Pero también me cuestioné, sobre cuantas cosas habré dejado pasar, por irme de todas las despedidas.

Como decía al inicio, eliminé estereotipos de reunirme con grupos de poesía. El año pasado envié unos poemas y desde entonces me invitaron al III festival de poesía, después al festivalito a finales de 2012 y ahora fui al IV festival, el cual detallo. Negativamente, antes pensaba que todo los festivales eran puro ego, pero eso se fue desde que conocí a los poetas y amigos: Hugo Gordillo, Roduel, Rudy, Vanesa Ramos, Ligia García, Rocío Ramírez, Rocío Cervantes, Fausto, Nurya Gonzalez, Neltón Santiago, Cleo López, Paola Rosal, José Juan Guzmán, Vilma Calderón, Miriam Ochoa, Josué, Lic. Mejicanos, Milagros Juárez y Bety Lucecitas. Si olvido a alguien más, lo iré agregando.

Las amistades que he hecho en Xela, son sensacionales. Los viajes a esa ciudad, le han dado más vida a Alejso, a esos sentimientos que tanto me gusta sentir. En cada uno de mis escritos, en cualquier género, hablo de ellos y de todos los que conozco con su realidad y su ficción, pero en esta ocasión, le guardo especial mención a Bety Lucecitas, pues ella un día se propuso ayudar a las personas con síndrome de down. Estudió para atenderlos y lo logró. En la actualidad ha atendido a 52 y ha rehabilitado a 22. Los números siempre serán fríos, pero los resultados son magníficos. Lucecitas también es Payasita y es poeta, cuando habla todos le escuchamos. Es una personita que con su amistad, es un alimentó del alma y se lo agradezco.

José Juan Guzmán, el poeta a quien le dedicaron el festival, nos contó su experiencia cuando leyó poesía en una casa hogar. A todos les llevaron regalos y al observar cada de uno de esos rostros, José Juan mencionó que uno de los niños comía un chocolate y él no podía dejar de verlo. Posteriormente, el mensaje fue tierno, pues un niño partió a la mitad su chocolate y le dijo, tené, comamos juntos.

“Poesía, es difícil describirte, porque tus párpados me ciegan 
cuando me cubren de tus ojos”. Alejso
No me cabe duda, ir a Xela ha sido genial, porque me di cuenta que a veces es necesario dejar toda la realidad con la que sumergimos nuestro mundo y debemos sentirnos poetas y enternecernos cuando leemos en las calles, en las escuelas, casas hogar, universidades y en los parques. Crear un día soleado o si queremos versar un día con sombras y con muchos colores.

Me ha parecido justo describir lo anterior, porque el valor del amor apenas se puede dimensionar, cuando se ve desde otros ojos. 

Alejso

4 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Felicitaciones, debe de haber sido (como dices) una bella experiencia.

Saludos Alejso.

Marilyn Recio dijo...

Que linda experiencia!! Vivencias inolvidables que alimentan el espiritú. Te felicito!


un abraxo!


Melodía dijo...

Que lindoooooooooo!! compartir el mundo con soñadores, con artistas, con Poetas, saberse, mirarse, reencontrarse junto a otro que ama lo mismo!!
Yo con Cronopito jjjjjj
(tampoco me gustan las despedidas)
Besitooooooooossss muaaaa ❀◕ ‿ ◕❀

JOSH NOJERROT dijo...

Lo grande de compartir, de redimensionar la perspectiva y formar parte de un conjunto para sentir los pies aun mas cerca del suelo mientras se aprende de los que nos rodean...seguro que fue grande.