La verdad y su mentira

—Golpe de suerte—

La verdad y la mentira, cualquiera que sea su contenido,

se evidencian intactas, en ejemplos pequeños

Antonio despertó confundido. No, quizá aturdido, bueno, tal vez un poco alerta, al mismo tiempo reía sin control. No sabía que sucedía, pero de inmediato recordó la anécdota entre amigos ocurrida anoche. Al razonar ese golpe de suerte, se percató que la verdad y la mentira se muestran débiles, sobre todo en ejemplos tan pequeños.

Ayer —el día entero— Antonio y cinco compañeros de grupo, en conjunto hacían una tarea de curso en la Universidad. Llegó la noche y apenas habían comido, porque habían puesto todo su dinero en imprimir documentos y folders, etc. La intención era entregar una digna tarea de grupo. Todo pintaba que sucedería así, es más, todos colaboraron en cada parte de la tarea, menos uno y ese uno era Jorge, quien llegó cuando casi habían finalizado. Al ver rostros molestos, Jorge se limitó a decir que había llegado tarde por el transito de su casa a la Universidad. Pero Antonio no quiso discutir esas excusas, para no acelerar los ánimos en el grupo.

Por último, recordaron que no habían elaborado la portada de la tarea y el grupo le confió la responsabilidad a Antonio. Mientras tanto, Jorge aprovechó ese lapsus y dijo que tenía hambre —Antonio se molestó, porque él no había comido nada en todo el día, por imprimir la tarea— y se fue por media hora, al regresar y ver que Antonio había completado la portada, felicitó a todos por el trabajo realizado y en son de platica mencionó que iría por otra gaseosa, porque se había quedado muy lleno con la comida. Justo en ese momento, Antonio recordó las pláticas con Jorge, cuando concluían lo leal y responsable que es el socialismo. Inmediatamente y a forma de ironía dijo —Ok Jorge, Ok ‘socialista’, anda por tu gaseosa. En cuanto entreguemos la tarea, me voy a casa, no he comido.

#NeverMore