Un sorbo, una conjetura,
un par de razones en la elegancia
de sus ojos, unieron dos naciones.
ocultaron un sendero
…confusamente, una imagen en el café
Sinérgicamente, su olor llegaba a mi cuerpo
el sol dormía y el habla nos desvestía.
La mesa gravitaba en misterio
agobiaba y excitaba, se partió en dos,
parte de ella consumía a la globalización en suicidio,
envolviéndonos en un disfraz que limita en
historias que matan.
La otra mitad nos acercaba a una
soledad grata, a un erotismo que infiere
a una cotidiana ilusión de horizontes diáfanos
con luz extraña de olor lujurioso que nos llego a unir
en el exótico páramo del café que nos envuelve.
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