martes, 26 de junio de 2012

Rieron como el mar, o sea, mucho


Karles, Felipito y Mabel son amiguitos inseparables de la escuela. Suelen pasársela bien, —como tantas veces—por lo que acordaron pedir permiso a sus padres para que los llevasen al parque “Macademia” al atardecer. Así lo hicieron y el martes los tres estaban muy alegres, pues habían extendido la diversión. Mabel, también había invitado a Ricardito, pero él nunca llegó. Pronto se olvidó y se unió a Karles, que brincaba para explotar burbujas de jabón que caían como copos en el cemento caliente y así se entretenía siempre con cosas simples, para nadie era un secreto.
No dormían, todo era realidad, los sueños vinieron al
observar que podían lograr lo que a veces imaginaban, luego
abrieron los ojos y despertaron. 
—Karles, yo quiero jugar —gritó Mabel.
—Sí, ven acá.
—Yo también quiero jugar con ustedes —exclamó Felipito.
Mientras los tres se divertían, la mamá de Mabel, comentaba a las demás madres, que su hija invitó a Ricardito, compañerito de clases, pues él había llegado ayer a la escuela —solo unos momentos— porque al parecer llevaba una semana ausente, dado que su papá estaba enfermo de pulmonía, pero afortunadamente estaba mejor. Se suponía que Ricardito se presentaría hoy a clases normales, pero nadie sabe si sucedió algo más.
— ¿Qué les parece si vamos a casa de Ricardito, cuando terminen los chicos de jugar y nos enteramos que sucede? Refirió Estela, mamá de Karles. Al unisonó, con un movimiento de cabeza, las mamás pensaron que era buena idea.  
—Felipito, ven  —dijo Silvia, la mamá. El corrió  y agotado, contestó —sí mami.
—Hijo, dile a Mabel y Karles, que hay cambio de planes, en media hora iremos por unos helados, porque luego visitaremos a Ricardito, para saber si su papi está bien. Además recuerda que tienes tareas, debemos llegar temprano a casa. —Está bien mami, me parece súper, porque en la clase echamos de menos a Ricardito, bueno, más nosotros tres.
Felipito continuó jugando, esta vez en el sube y baja, Mabel en los columpios y Karles estaba en el  pasamanos; El tiempo no parecía alcanzarles.
En el día jugaban, —dos o tres veces por semana— en las noches contaban estrellas y soñaban abrazados a sus papas en las mañanas. Ese día —en particular— fue bonito, la media hora se fue volando. Cuando los llamaron no querían irse, pero les recordaron que visitarían a Ricardito, entonces los tres cambiaron de opinión —inmediatamente— y en un par de segundos estaba listos para irse.
—Mamá, recuérdate de mi helado, —dijo Mabel.
—Sí, lo recuerdo hija.
—Y yo también quiero, expresó Karles.
—Mami, yo también quiero y llevémosle uno a Ricardito, entusiasmado habló Felipito.
Ooouuu, estos niños cuando se ponen de acuerdo, quien en contra de ellos, relató sonriendo la mamá de Felipito.
—Dímelo a mí, le contestó Estela, mamá de Karles.
El camino es lo de menos/ quien nos 
acompañe es lo valioso
—Yo mejor no digo nada, respondió la mamá de Mabel. Y todos rieron, inclusive los tres amiguitos, con cara de traviesos. Caminaron por 10 minutos y el día parecía de algodón, en una hora cabían helados de durazno, en los minutos carcajadas, en un segundos sus miradas; Entonces llegaron a la casa y los tres lo llamaron —gritando— ¡Ricardiiiitoooo! ...él casi espontáneamente, se asomó por la ventana y emocionado, expresó ¡Qué sorpresa! —Si eh, contestó Mabel ¡Baja! te trajimos helado y muchas  cosas que contarte y te acuerdas de…
 Mabel no había dicho mucho, cuando escucharon a Ricardito —con un gran grito— diciendo ¡Ahora estaré con ustedessssssssss!
              Acá no hay FIN, el papá de Ricardito se recuperó totalmente y ahora los cuatro amiguitos decidieron con sus padres, ir al parque “Macademia” el jueves; Entonces, rieron como el mar, o sea, mucho, bastante, demasiado, exageradamente, es decir, un montonononnnnnnnnnnn..

6 comentarios:

Pluma Roja dijo...

¡¡lINDO!!

SALUDOS.

Trizbeth dijo...

Mi querido escritor y cuentistaa Ale! Qué fascinante es ver el mundo de sueños infantiles y cosas bonitas desde tu pluma. He leído con detalle los elementos de este cuento, como el nombre del parque o los detalles de las burbujas y los sentimientos de sus personajes, me quedo encantada♥

Es tan real su historia como la vida misma, pero sólo cuando se mira desde el lado lindo, dulce, el que tiene sentimientos y donde se refleja la inocencia y bondad en los seres humanos.

YO también he sonreído mucho, ósea bastante, demasiado, en fin, reí como el mar y te agradezco por ello!

Besosss y hasta el próximo relato Sin Fin de tus aventuras A!

Muacks!
Moi

MUCHITA dijo...

"El camino es lo de menos/ quien nos acompañe es lo valioso".

¡Que hermosa frase, Ale!

En fin, todos podemos tener un
final así, donde en vez de esperar tristeza llegamos a un mundo lleno de alegría, porque los niños siempre esperamos lo mejor, para pasarla mejor y si eso no pasa, acompañarlos con lo mejor de nuestros sentidos, el amor.

Besos mil.

JOSH NOJERROT dijo...

Leyendote tengo aun mas claro que no hay porque perder al niño que llevamos dentro, que no hay que enterrarlo, darle aire fresco y convivir con nuestro alrededor de la misma forma que lo hace un niño, a pleno pulmón, sin intereses mas allá de la pura amistad y espontaneidad, debemos de aprender de ellos...abrazzzusss

Alondra dijo...

Mi querido amigo: ains!!! Karles Felipito y Ricardito tres mosqueteros para una dama (Mabel) y esas madres cómplices y el sabor de un helado...
He disfrutado con un cuento que tiene la dulzura de la inocencia, y unos diálogos de un escritor que no perdió su alma de niño.
Un beso grande

Melodía dijo...

Ayyyyyyyyyyyyyyyy que hermosura A ! Solo te puedo decir que deseo
1) jugar con pompas de jabón (eso lo puedo hacer, es más termino de escribirte y lo hago!)
2) quieroooo reír con toda la panza, que se me hagan olitas de risas en ella, como el mar, exageradamente!!!
3) Quierooooo muchooo ir a Macademia! Tu le conoces, puesto que lo has nombrado, creado, así que me llevas, sipi por fa! (sonrío)
Gracias!! BesitOOO y un día de algodón para ti A