… sería capaz de amarte
de inclinar líneas tenues
de cruzarme la ciudad
acudiendo a la esquina y
esperarte. Atravesaría el
lúdico suicidio, paradoja
ecuménica de metaforizar
mis manos e ir infiriendo
en el eje de su cuerpo.
Sería capaz de zurcir la tela
de cuadros que te agobian,
alegran, enamoran, de inflar
símbolos, dividiendo frases
exuberantes de las comunes.
¡sería capaz de tanto! Ahora que
he roto estereotipos, que soy catador
de vinos y sé degustar el añejo
experimentado de sus ojos.
Sí, sería capaz de amarte y de escuchar
imágenes al estilo impresionista que halagas,
mientras el surrealismo de Dalí, ambientaría
la temperatura de tus palmas y el mimo de las
palabras, dejando en libertad tus pezones
que tiemblan por el estertor tibio
de mi sangre.
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