viernes, 4 de septiembre de 2009

Laberinta

Lujuria oscilante, fiera sublime. Compacta de claustras manos, fortificada de tempestuosas colinas, amenizas de posturas sumisas, misterios que me recuerdan vencido.

Laberinta, rebelde de muslos tibios, vagas radiante, incluso me pierdes en tus sábanas sin dudarlo, cierras las cortinas, complaces mis manos, luego las guardas, mi lengua hidrata sus senos, susurras al unísono.

Laberinta, me ganas de tus besos, a veces me pierdo, pero tú, me llamas con tu aliento. …me vences con tus manos, labriega, disfruto tus encantos, descubro tu vigor, tu lozanía, tu perfume; Laberinta, yo me pierdo y tu me ubicas en el fuego de tus encantos.

Trémula y en espiral dices que me amas, estimulas mis deseos, guardas mí libertad. gritas la tregua que exiliada llevamos, describes frases de mis oscuros libros; Flameas mi antorcha, agitas tu cabellera. Me cubres de tu aliento, de tus brazos, de tus muslos, de tu vida. Esta tregua me embriaga, ahhh te amo

…te deslizas con tu pecho y con tu vientre, como despidiéndote, me venciste de espaldas tres o cuatro horas, abundaste en mi cuerpo, con tu aliento, con mis sentimientos; pero incluso en esta tregua me pierdo y tu me ubicas. Somos uno Laberinta, yo me pierdo con tu manos débiles y de cuerpo por separado me rescata.

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